La conexión a Internet se ha convertido en una extensión de nuestro cuerpo. Estamos conectados, prácticamente, las 24 horas del día. En casa, en el trabajo, en la calle, en un bar. Ahora también dentro de nuestro vehículo. El coche conectado está revolucionando el mundo del automóvil.
Dentro de diez años, cuando el coche conectado esté extendido por todo el mercado, nos preguntaremos con cierta incredulidad: ¿Cómo hacíamos para conducir sin conexión en nuestros automóviles? Es que basta sentarse en un coche con conectividad a Internet para descubrir las ventajas de esta tecnología a bordo.
¿Qué es un coche conectado?
Empecemos por el principio: un coche conectado es un vehículo equipado con tecnología móvil y, por ende, con conexión a Internet. Va mucho más allá de colocar tu teléfono inteligente dentro del coche, un hábito que casi todos los conductores realizan hoy en día.
El término coche conectado hace referencia a que el propio vehículo accede a Internet, comparte información y datos. Por lo tanto, nosotros, como conductores, obtenemos muchísimos beneficios durante la conducción.
Para los expertos de los motores, esta integración online es uno de los cambios más prometedores del sector en los últimos años. Una analogía para entender el presente y el futuro de los coches inteligentes: la conectividad empieza a ser lo que en su día fue la potencia en caballos. Forma parte de las primeras preguntas a la hora de comprar un coche.
¿Cómo llegamos a los coches conectados?
Toda revolución tecnológica tiene su historia. La de los coches conectados empieza en 1996, cuando se instalaron los primeros módulos telemáticos dentro de un vehículo para ofrecer servicios de comunicación y movilidad.
Estos módulos eran simples accesorios que, de forma muy rudimentaria, ofrecían soluciones básicas como la telefonía móvil integrada en un coche. De aquella primera piedra pasamos, 25 años más tarde, a coches conectados que pueden compartir información con otros vehículos y con las infraestructuras que rodean a las carreteras.
Según las proyecciones del sector, en 2030 los coches conectados representarán un 70% del mercado en Europa y en EEUU. En China, este porcentaje será casi del 100%.
La conectividad en los coches
Podemos diferenciar tres tipos de conexiones dentro de un coche.
- Conexión telemática: la más conocida y extendida. Permite un seguimiento de la localización, la actividad del coche conectado y un diagnóstico exhaustivo del motor por parte de las empresas.
- V2X: es como se conoce a la tecnología “vehículo a todo”, en la que más se está trabajando y avanzando en estos momentos. Un coche conectado con V2X puede interactuar con otro vehículo, con un peatón o con una infraestructura.
- Infoentretenimiento: permite la interacción interna, con los ocupantes del coche. Apunta al entretenimiento multimedia, de audio y vídeo.
Una clave: la velocidad de la conexión
Los coches conectados necesitan estar 100 % online, por lo que la velocidad de la conexión es fundamental para asegurar esa disponibilidad. Uno de los principales retos pasa por conseguir un acceso rápido a los datos externos en cualquier momento del recorrido, ya sea dentro de un túnel o en un pueblo perdido y alejado.
Por eso es tan importante la expansión del 5G (la quinta generación de tecnología inalámbrica), que tiene una capacidad de velocidad de datos veinte veces mayor al 4G. Si bien el 4G permite hoy la conexión de los vehículos, los coches conectados necesitan mayor ancho de banda y menos latencia. La tecnología V2X, por ejemplo, solo es posible con una buena conexión 5G.
La razón es simple: los dispositivos de 5G tienen la capacidad de descargar y de enviar grandes cantidades de datos en una mínima fracción del tiempo comparado con el 4G.
Diferencia entre coche conectado y coche inteligente
Si bien los coches conectados e inteligentes parten de una misma base (el uso de Internet para obtener datos e información), tienen una gran diferencia: el papel del conductor y la interacción de éste con el vehículo.
En el coche conectado, el control está siempre en manos del conductor. En el coche inteligente, en cambio, las decisiones y determinaciones las toma el propio vehículo.
En resumen, en el coche conectado quien se sienta al volante dispone de más y mejor información para tomar sus decisiones, por lo que sigue siendo el eje central de la conducción. En el vehículo inteligente, el conductor tiene un papel muy poco relevante, ya que las decisiones son tomadas por el automóvil.
Las grandes ventajas de un coche conectado
Con lo descrito hasta aquí queda claro que disponer hoy de un coche conectado facilita y mejora la conducción. Las ventajas son muchas.
- La seguridad: la conexión a Internet permite que el vehículo llame a un servicio de emergencias en caso de ser necesario, algo muy útil en caso de accidentes y más aún cuando el conductor viaja sin acompañantes. Un coche conectado puede salvar la vida de quien conduce en caso de que éste quede inmovilizado o inconsciente. En este sentido, la última normativa del Parlamento Europeo obliga a equipar a los nuevos coches a un sistema “e-call” que se activa automáticamente en caso de un impacto. El propio automóvil envía la ubicación por satélite a los servicios de emergencia.
- La productividad y el mantenimiento: un coche conectado permite conocer al dedillo el estado del vehículo. El usuario puede programar revisiones de mantenimiento, recibir alertas de fallos, el tiempo de inactividad y supervisar, por ejemplo, el desgaste de la batería.También permite obtener datos muy precisos sobre el impacto medioambiental del coche, el uso de combustible y el ralentí, el régimen mínimo al que puede funcionar el motor.
- El entretenimiento: al incorporar la conexión en el vehículo, los acompañantes tienen la posibilidad de entretenerse con sus dispositivos. Los coches conectados suelen permitir que hasta cinco personas tengan acceso al wifi integrado de manera simultánea. Las familias con niños son las que más provecho le sacan a esta conexión: los más pequeños pueden divertirse con sus pantallas sin necesidad de gastar la tarifa de datos de los padres.
- El control y monitorización de las puertas de garaje. HOMYHUB posibilita estas funciones con los coches de la escudería Ford, proporcionando una ventaja diferencial a todos sus usuarios.
- La navegación: disponer de un navegador con GPS conectado a Internet es de mucha utilidad tanto a la hora de planificar rutas, como para modificarlas sobre la marcha ante avisos de atascos o caminos cortados. Es muy eficaz también, por ejemplo, para la gestión de flotas de transporte.
- La posibilidad de ahorrar: muchos coches conectados cuentan con plataformas pensadas para que el conductor elija la gasolinera más conveniente por precio y distancia. Disponer de esta información puede suponer un ahorro de entre 200 y 300 euros al año.